Plantando las semillas de la canción

Existe un grupo étnico de tribus que vive en la región Hunan-Guizhou-Guangxi a las orillas de China llamada Dong. Su cultura tiene muchas características fascinantes, como el hecho de que su lengua original fue escrita por primera vez en 1949 después de la Revolución de Mao Tse Tung, o que ellos han construido grandes pagodas que sirven como centros rituales en sus comunidades (¡una estampida! por cada aldea).

Sin embargo, existen dos características particulares de su estilo de vida que me parecen increíblemente pertinentes para esta ocasión. Una es que por cada niño que nace se planta un abeto, y cuando el niño llega a los 18 años su madera puede ser utilizada en la construcción de una casa para el nuevo adulto cuando contraiga matrimonio. A pesar de que en la actualidad un abeto puede madurar en menos de 10 años, estos siguen siendo conocidos como “los arboles de los 18 años”.

La segunda característica maravillosa del estilo de vida de los Dong es que el canto es medular para su existencia. Cantar no es algo que ellos realizan sólo para desahogarse después de una dura semana en la plantación, sino una alternativa cotidiana a los medios de comunicación, utilizada en algunas aldeas aún más que el discurso. Cuando un niño corteja a una niña debe hacerlo cantando. Quienes no cantan bien normalmente son entrenados por expertos mayores para aumentar las oportunidades que de los niños y las niñas formen una buena pareja. Ese es un mundo donde Leona de Factor X sería mucho más importante que Simon Cowell, o donde Norah Jones sería la Alcaldesa de Londres, ya que para determinar el estatus de una persona es decisiva la calidad de su voz. Todas las actividades comunitarias están caracterizadas por el canto, incluyendo las reuniones ceremoniales y la toma de decisiones. ¡Imaginen las juntas del consejo local o las sesiones del parlamento en Reino Unido comenzando con una canción! Isabel II tendría que abdicar a favor de Lesley Garret y Tony tendría que retomar su viejo repertorio de los Ugly Rumours.

El canto es tan bueno para ustedes como algo cualquier otra cosa valiosa y en mi nuevo rol como embajador del canto espero ser capaz de persuadir a muchas más escuelas para que al empezar el día cantando harán maravillas con autoestima, la concentración, la moral y el comportamiento de los jóvenes. No importa, el canto es una actividad completamente positiva, no competitiva, constructora de equipos, y fortalecedora de la comunidad, además se disfruta mucho cuando es liderada por aquellos que saben lo que están haciendo y cuando la elección de las canciones es hecha de manera ingeniosa.

Quienes padecen de asma nunca han tenido problemas respiratorios al cantar, por alguna razón que no entiendo, la gente con impedimentos del habla siempre puede lidiar con tales impedimentos cuando cantan- nadie tartamudea cantando, por ejemplo.

El canto te hace sentir bien contigo mismo aun si sólo estas vociferando junto a otros de manera improvisada. Esto es tan natural como reír y aun así es posible que miles de jóvenes británicos puedan pasar una semana entera en la escuela sin cantar una sola vez. Esto no puede estar bien. De hecho es perverso, es como si dijeran que a ningún estudiante se le permite sonreír por una semana.

Mientras que puede ser un todo un reto persuadir a un joven de quince años semidormido para cantar un martes a las nueve de la mañana, no resulta difícil hacer cantar a los niños de educación primaria, por eso nuestro recién anunciado campamento de canto empezará con el sector primaria y se irá incrementando. El hábito de cantar adquirido en la escuela primaria es un regalo que permanece con una persona joven durante toda su vida, aún si este hábito se convierte en una actividad menos “pública” durante la adolescencia.

No obstante, para los adolecentes la aparente renuencia a querer cantar o la etiquetar al canto como algo propio de las niñas –“girly”-, solamente está relacionado con ciertos grupos de cantantes y ciertos tipos de canciones. Pocos adolecentes etiquetarían la música de Lemar o Gnarls Barkley como “girly”, y tampoco dejarían pasar la oportunidad de unirse a una banda como The Feeling o The Darkness, cuyos sonidos se consideran de alta calidad, con carga desinhibida y en armonía con su acompañamiento vocal.

 Howard Goodall

Traducido por Cintli Berenice Juárez Piña

Columna :Backbeat , publicada en en The Teacher, Abril 2007:

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