Musicofobia
Cuando tu música favorita, te hace convulsionar
Stacey Gayle amaba la música, gran parte de su vida consistía en escuchar y actuar las canciones, tenía montones de CD’s en su auto, e iba a conciertos de artistas como Sean Paul, asistía a fiestas donde las canciones de moda sonaban estrepitosamente y también era miembro activo del coro en su iglesia “Solid Rock Church of the Nazarene”.
Luego comenzaron las convulsiones…
La primera de ellas sucedió cuando ella dormía su habitación Rosedale, Queens en la ciudad de Nueva York, la noche del 3 de marzo de 2005. Acababa de cumplir 22 años.
Su madre la llevó a la sala de emergencias, donde los doctores la estabilizaron y le realizaron cantidades innumerables de escaneos cerebrales y pruebas de sangre donde no encontraban pista del por qué convulsionó.
Al poco tiempo, tuvo otro, esta vez en la cena barbecue de una amiga; ahí desmayo, cayó y comenzó a temblar sin control, mientras sus neuronas se aporreaban, disparando señales eléctricas sin pausa.
Al principio, los ataques parecían ocurrir esporádicamente, sin embargo, en la primavera del 2006, ella encontró una pista: en aquel tiempo, la canción de Sean Paul “Temperature” estaba en la cima de las listas de popularidad de Billboard, era reproducida continuamente en las estaciones de radio locales, la reprodujeron en la fiesta a la que asistió, ese era el problema: “Cada vez que la escuchaba, me desmayaba y convulsionaba” comenta. Tan sólo tomaba unos segundos de la canción para mandar a Gayle al piso: “Es la última cosa que pensarías”, ella explica, “pero lo hice en casa una vez y sucedió”.
Para Gayle, era claro que dicha canción le causaba las convulsiones, temiendo que no le creyeran, no le mencionó a nadie, excepto a un sólo confidente.
Su neurólogo, Alan Ettinger en el “Long Island Jewish Medical Center (LIJ) in New Hyde Park, N.Y.,” no sabía que sucedía con Gayle, cuando le recetó una gran cantidad de medicamentos.
Ella eventualmente intentaría con seis medicamentos contra las convulsiones, los cuales le ofrecían muy poco alivio.,
“Cuando las personas que sufren ataques no responden a una un tipo o dos de medicamentos anti- ataques, las posibilidades de volverlos libres de convulsiones con otro medicamento son muy escasas” dice Ettinger.
Para buscar la manera de cómo tratar a Gayle, Ettinger y un colega la admitieron a una unidad de monitoreo de epilepsia a principios de 2007. La idea era monitorear sus ataques, para lo cual, ella usó por cuatro días, un gorro forrado con electrodos, para que los doctores pudieran ver sus ondas cerebrales y grabarla.
Trataron suspendiéndole los medicamentos y manteniéndola despierta. Nada.
Gayle estaba cansada de esperar, tenía planes de viajar a Jamaica al siguiente día. Así que les dijo que sostuvieran su ipod, puso la canción “Temperature” y se fue a dormir.
Gayle tuvo 3 ataques aquella noche.
“Los doctores estaban asombrados, quedaron sin palabras” comenta Gayle, “No podían creer que lo que les dije era cierto”
Al día siguente, Stacey arribó al Aeropuerto JFK para volar al Caribe. Pero a medida que se acercaba a su puerta, escuchó a Sean Paul a todo volumen en un bar del aeropuerto.
No llegó a su destino.
Pronto, la reacción se propagó. Al cabo del siguiente año, otras canciones de R&B y de hip hop (como la pegajosa “Umbrella” de Rhianna así como “beautiful Girl” de Sean Kingston) mandaban a Gayle al suelo. También le sucedía con la música alternativa y los tambores del coro de la Iglesia. Parecía que solamente el jazz y la música clásica eran inofensivos ( de los cuales ninguno eran de su total agrado).
Gayle se vió obligada a dejar la escuela a causa de su enfermedad: Los tonos para el celular personalizados la volvían loca. “Cuando sonaban los celulares de mis compañeros en clase, tenía gran cantidad de ataques” “La vida se torna de cabeza cuando le quitas la música, recuerdo sentarme fuera de l as tiendas del centro comercial y llorar por que no puedo más ir de compras o siquiera sentarme en un restaurante y comer”.
Tuvo un empleo por un corto periodo de tiempo en Bank of America ubicado en Manhattan. Pero, no pudo soportar los ruidos del subterráneo, y seguía convulsionando frecuentemente.
Con el medicamento que ha sido un fallo inequívoco, sus doctores se preguntan si algún día podrán hacer algo por Gayle aparte de mantener la música lejor de ella (una idea poco probable).
“Todos los casos que valen la pena mencionar son provocados por determinadas canciones o melodías específicas y cantantes específicos”, dice Dan Friedman, un neurólogo en el Centro de Investigación para la demencia en el Nathan S. Kline Institute for Psychiatric Research (NKI)-en Orangeburg, NY “Pero no es la melodía específica”, dice, “si no la reacción emocional.”
Los científicos no tienen idea de qué causa la epilepsia, que afecta aproximadamente 2,5 millones de estadounidenses. Normalmente, aunque parece bastante controlado, la actividad eléctrica en el cerebro es bastante caótica, dice Mehta. Y mientras que los ataques parecen ser una pérdida de control, en realidad son el resultado de una gran intensidad de actividad cerebral, como soldados en un ejército en marcha. “Si todos están marchando al mismo tiempo a través de un puente”, dice, “el puente comenzará a moverse.” Al igual que el puente puede volverse inestable por la gran cantidad de estrés, el cerebro se vuelve inestable cuando los patrones de actividad sincronizan.
Catherine Schevon, neurólogo en el New York-Presbyterian Hospital / Columbia University Medical Center en Nueva York, dice que algunas epilepsias suceder después de una red de células cerebrales que trabajan juntas para realizar una tarea específica se enloquecen. En el caso de la epilepsia músico-génica, parece afectar a las células que intervienen en el disfrute de la música.
Carlos Schroeder, neurocientífico del NKI, afirma que en respuesta a una canción que le resulte muy emotiva al paciente, causa que tales grupos de células se vuelvan muy emocionados y provocar una convulsión. La Música (o sus ritmos) genera un patrón de actividad rítmica en el cerebro, si ese ritmo es similar a un modelo negativo que el cerebro tiene, existe una tendencia hacia la crisis que se asocia con determinados tipos de música.
Cuando los medicamentos resultan ineficaces, la única opción para el alivio de la crisis es la cirugía, lo que provoca que los cirujanos se enfrenten a una difícil opción: “Ellos no quieren sacar más cerebro del necesario, pero tienen que sacar lo suficiente, “, dice Schroeder. “Con suerte, la respuesta emocional de un paciente a la música será en gran parte sin cambios”.
Por ejemplo, si la cirugía implica una región del cerebro conocida como el hipocampo, que participa en la memoria, los pacientes pueden tener pérdida de memoria leve. “La mayoría de la gente diría que es un buen trato” añade Schevon.
Traducido por Dary Garza
Titulooriginal :Musicophobia,When Your Favorite Song Gives You SeizuresThe story of a Queens, N.Y., woman reveals a rare kind of epileps
Publicdo enScientificAmerican.com