Iniciación al ritmo
Gracias a los movimientos del cuerpo entero podemos realizar y percibir ritmos.
La conciencia del ritmo es la facultad de representarnos toda sucesión y reunión de fracciones de tiempo en todos sus matices de rapidez y energía. Esta conciencia se forma mediante experiencias repetidas de contracción y descontracción muscular, en todos los grados de energía y rapidez.
Al maestro de escuela no se le ocurre pedir a un niño que dibuje un objeto si no conoce ese objeto y su mano no sabe manejar aún el lápiz.
(…)
La conciencia del sonido no puede formarse entonces sino gracias a las reiteradas experiencias del oído y de la voz, y la conciencia del ritmo tampoco puede desarrollarse sino gracias a las reiteradas experiencias de los movimientos del cuerpo entero. Como el ejercicio de la música exige el concurso simultáneo del oído, la voz y el aparato muscular, y como no sería posible ejercer todos estos agentes a la vez, al principio de los estudios musicales es necesario averiguar cuál de ellos debe ser ejercitado primero.
El aparato muscular percibe los ritmos. Gracias a experiencias repetidas diariamente, se forma la memoria muscular y se determina una representación clara y segura del ritmo.
El oído percibe los ritmos. Y gracias a experiencias repetidas a diario, se forma la memoria del sonido, se agudiza el juicio y se ejerce la crítica personal. En efecto, el auditor se ve obligado a comparar la percepción del ritmo sonoro con su representación.
Podemos afirmar que, en el orden de los estudios musicales elementales, el primer lugar corresponde al aparato muscular…
El cuerpo del niño posee naturalmente esa parte esencial del ritmo que constituye el compás.
1) Las palpitaciones del corazón dan, por su regularidad, una idea clara del compás, pero ésta es un actividad inconsciente, independiente de nuestra voluntad y que no puede ser considerada cuando se trata de ejecutar y percibir un ritmo.
2) El acto respiratorio proporciona una división regular del tiempo y en consecuencia un modelo de compás. Como los músculos respiratorios están sometidos a nuestra voluntad, aunque en roma restringida, podemos dar a su acción una forma rítmica, es decir dividirla en el tiempo y acentuar cada división mediante una tensión muscular enérgica.
3) La marcha regular nos proporciona un modelo perfecto de compás y de división del tiempo en partes iguales. Ahora bien, los músculos locomotores son músculos llamados conscientes, y sometidos a nuestra voluntad. Hallamos entonces en la marcha regular el punto de partida natural de la iniciación del niño al ritmo.
Los músculos han sido creados para el movimiento, y el ritmo es movimiento.
Es imposible representarse el ritmo sin imaginar un cuerpo en movimiento. Para moverse, el cuerpo necesita una fracción de espacio y una fracción de tiempo. El origen y el fin del movimiento determinan la medida del tiempo y del espacio. Uno y otro dependen de la gravedad, es decir (en lo que concierne a los miembros puestos en movimiento por los músculos), de la elasticidad y la fuerza musculares. Si determinamos de antemano las relaciones entre la fuerza muscular y la fracción de espacio a recorrer, determinamos al mismo tiempo la fracción de tiempo.
Si establecemos de antemano las relaciones entre la fuerza muscular y la fracción de tiempo, determinamos la fracción de espacio. En otros términos: la forma del movimiento resulta de la combinación de la fuerza muscular, de la extensión de la fracción de espacio y de la duración de la fracción de tiempo.
Para resumir las observaciones precedentes podemos establecer las siguientes conclusiones:
1) El ritmo es movimiento.
2) El movimiento es de esencia física
3) Todo movimiento exige espacio y tiempo
4) La experiencia física forma la conciencia musical
5) El perfeccionamiento de los medios físicos tiene como consecuencia la claridad de la percepción
6) El perfeccionamiento de los movimientos en el tiempo asegura la conciencia del ritmo musical
7) El perfeccionamiento de los movimientos en el espacio asegura la conciencia del ritmo plástico
8) El perfeccionamiento de los movimientos en el tiempo y en el espacio no puede ser adquirido sino mediante ejercicios de gimnasia llamada rítmica.
Jaques Dalcroze
Iniciación al ritmo